Any man could, if he were so inclined, be the sculptor of his own brain. S. Ramón y Cajal
Un día mi amiga Julieta Paris me recomendó el libro «Un antropólogo en Marte». Era mi primera cita con Oliver Sacks, el gran observador de las profundidades del cerebro y la mente humana.
Como divulgador científico y neurólogo, nos hizo ver las discapacidades mentales desde una perspectiva diferente. Sus libros revelan historias que nos hacen conscientes de la fragilidad de la mente humana y la complicidad de nuestro cerebro.
Nos quedan sus observaciones y reflexiones. Me queda descubrir On the Move.
El cerebro es más que un conjunto de módulos autónomos, cada uno crucial para una función mental especifica. Cada una de estas áreas funcionalmente especializadas debe interactuar con decenas o cientos de otras, y su integración total crea algo parecido a una orquesta enormemente complicada con miles de instrumentos, una orquesta que se dirige a sí misma y cuya partitura y repertorio cambian continuamente.
Durante su carrera profesional escribió millones de palabras. La última entrada de su blog es de 14 de agosto del 2015. Se fue dos semanas más tarde, despidiéndose de la humanidad con una carta donde la palabra, escrita con mayúsculas es GRATITUD.